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Así lo ha dicho en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que ha opinado que el Parlament es soberano para desobedecer al Tribunal Constitucional (TC), y ha sugerido empezar por aplicar la modificación de la Ley del código de consumo y el decreto contra la pobreza energética, ambos suspendidos por el TC.

También ha planteado no asumir la Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (Lomce) y recaudar el impuesto de depósitos bancarios: «Son cosas que si las desobedecemos, la gente lo nota», ha reivindicado. Ha señalado que se pueden empezar a desobedecer tras la constitución del Parlament y antes de investir al presidente, algo que ha calificado de un «primer gesto potente» que mejorará la vida de las personas. Sobre si investirán a Artur Mas como presidente de la Generalitat, ha asegurado que en ese punto no se han movido ni una coma, y ha afirmado que todavía no han empezado las negociaciones sobre quién presidirá el Govern: «No ha habido ninguna novedad en ese frente». El número uno de la CUP ha lamentado el «ruido absolutamente direccionado e intencionado hacia la CUP» que han sufrido los últimos días para presionarles en la decisión de investir a Mas.

La CUP está intentando dejar los debates nominales para el final de la negociación con Junts peñ Si,  la candidatura ganadora de las elecciones del 27 de septiembre. Con este mecanismo confían en aligerar la presión que pesa sobre ellos para que ayuden a Artur Mas a conservar la presidencia de la Generalitat. El plazo límite para elegir al nuevo presidente catalán es el 9 de enero, con lo que tanto la CUP como Junts pel Sí consideran que hay tiempo para el acuerdo.

Romeva coincide con LA CUP en que es más importante «el què, el cómo y el cuándo» se consigue la independencia que «quién» será president de la Generalitat. «Ante la magnitud del reto, el quién es importante, pero no estamos hablando nunca de una sola persona», asumió en referencia a Artur Mas. Asumió, sin embargo, que son necesarios «todos los activos, incluso los que no están a favor de la independencia» para formar la nueva «República o Estado».

«El tema del presidente no tengo ninguna duda de que se resolverá.

Encontraremos una fórmula. Junts pel Sí ha presentado la candidatura de  Artur Mas, esto es evidente. Pero hay mucho espacio por recorrer. Desde el Estado (español) se interpreta que si se elimina el ‘quién’ se acaba el problema y esto es totalmente erróneo porque el qué, el cómo y el cuándo son mucho más importantes», insistió sin querer entrar a valorar la posibilidad de una nueva convocatoria electoral si no se llega a un acuerdo.

Romeva, que a su llegada a la conferencia de la CUP fue aclamado al grito de «president, president», descartó de nuevo que él acabe dirigiendo la Generalitat. «Nunca he sido candidato y sigo sin serlo», afirmó.

El representante de Junts pel Sí asumió que su formación, tal y como reclama la CUP, es consciente de que Catalunya necesita «un plan de choque» con medidas sociales y que existe la «necesidad urgente» de acabar «con los atentados del Estado a los derechos fundamentales (de los catalanes)».

«En el tema de la desobediencia inmediata -otro de los irrenunciables de la izquierda independentista- esto se puede decir o se puede hacer», explicó Raül Romeva. «No decirlo no quiere decir que no se haga. Estamos abocados a no respetar determinados dictámenes judiciales (del Tribunal Constitucional)», añadió.

Romeva entiende que la negociación con la CUP requiere su tiempo y que tiene que terminar conformando una unidad en un «Parlament de transición que acabe con el periodo autonómico». «Si no estuviera convencido de que habrá una República catalana no hubiera aceptado la responsabilidad que asumí hace unos meses» cuando aceptó convertirse en cabeza de lista de Junts pel Si en las elecciones del 27S.

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