Salvador Picarol lleva más de dos años con la cuenta corriente y una parte de su piso embargados. El fundador de Radio Pica, una radio libre no lucrativa que lleva más de 30 años de emisión, fue sancionado con una multa inicial de 60.000 euros por interferir durante unas horas en la frecuencia de la Cadena Ser en la ciudad de Barcelona. La sanción fue interpuesta por el Ministerio de Industria y su valor aumenta bimensualmente un 20% aproximadamente, de forma que actualmente la multa ya asciende a los 72.000 euros. Un obstáculo más para esta radio que precisamente venía sufriendo las interferencias de una radio privada comercial, Amb2 FM. Los recursos no frenan esta batalla, pero Radio Pica no ha dejado de emitir. Internet ha supuesto una gran reto para el mundo radiofónico ya que los costes son más modestos y además garantiza una cobertura global.
Los acontecimientos comenzaron el pasado septiembre del 2010 cuando Radio Pica empezó a notar las interferencias de otra emisora, Radio Amb2FM, en su dial. Se trataba de una radio privada comercial que sólo tenía licencia para emitir en los Pirineos pero que desde la Torre de Collserola trataba de abarcar también Barcelona utilizando el dial de Radio Pica. “En un principio las interferencias eran suaves porque lo que había era una portadora, es decir, ponían la emisión pero sin audio, ni voz, ni música. Pero al cabo de unos días empezaron ya con la música”, asegura Picarol. Tras intentar solucionar el problema vía diálogo con los miembros de la emisora de Amb2FM y no llegar a ningún acuerdo, Radio Pica, sin dejar de emitir, puso simultáneamente su emisión desde un repetidor del Tibidabo y también desde otro en la zona de Cerdanyola. No obstante, emitieron un jamming, un pitido para guardar frecuencia. La antena de la Cadena Ser tan sólo se encuentra a 100 metros de la del Tibidabo, por lo que el jamming afectó durante unas horas la emisión de esta cadena.
De esta forma el dial del grupo Prisa interpuso una queja ante la Generalitat de Catalunya: “hemos notado un incremento notable del nivel de ruido de modulación, hasta el punto de hacer inaudible nuestra recepción”. Además, señalaban que venía dado por una portadora centrada en la frecuencia 96.6MHz, el dial de Radio Pica. Precisamente, la Generalitat respondió a favor de radio Pica y señaló que al tratarse de un portador, era el Ministerio de Industria quien contaba con dicha competencia de control y sanción. De esta manera, la Ser continuó el proceso y la resolución del Ministerio dictaminó: “los hechos denunciados han sido considerados como infracciones graves y no leves”. De esta manera, se interpuso un multa de 30.000 euros por la producción de interferencias y dos de 15.000 euros al no haber cesado las emisiones ni desmontado las instalaciones. Picarol asegura que si hubiera sido tan grave hubiera salido en todos los medios con titulares como “la Ser tapada”, pero no fue así. Por lo que añade que los abogados lo definen como una venganza para acabar con todas estas radios libres.
Radio Pica fue una de las primeras radios libres que nacieron durante el proceso de transición democrática en Barcelona. Al no contar con licencia para emitir, se las arreglaban para que no fueran vistos, en el caso de Picarol , los tejados del barrio de Gràcia eran su base, su punto de emisión. Como un pájaro divisaba la realidad desde lo alto de las casas y ofrecía a los oyentes algo diferente y nuevo, alejado del clásico contenido político del resto de emisoras. Radio Pica nacía como una alternativa cultural donde el teatro, las exposiciones y especialmente la música underground que no solía tener espacios de emisión, empezaban a tener cabida. Ahora Picarol tiene que hacer frente a una multa que no puede asumir y por ello declara que lo único que puede ofrecer es su ingreso en prisión: «ni yo ni la emisora sin publicidad puede asumir la sanción. El mantenimiento de la radio es con una cuota mensual de 8 euros de los realizadores de programas, personalmente no poseo ninguna propiedad, lo único que puedo ofrecer, en su caso, es mi ingreso en prisión para saldar la sanción» afirma en uno de los recursos al Ministerio de Interior.
Esta radio libre de Barcelona ya tuvo que enfrentarse a un cierre en 1987 con la confiscación de los equipos durante cuatro años. Sin embargo, la respuesta en la calle y la lucha diaria por parte de Picarol ante las puertas de Generalitat consiguieron volver a dar un micrófono a los miembros de esta radio cultural. Aunque no consiguieron una legalización formalizada sí que contaban con un acuerdo verbal con la Generalitat. A pesar de los problemas a los que se enfrentan hoy en día, la radio no ha dejado de dimitir, pero lo realiza vía online ya que los costes económicos son demasiado altos. “Para emitir por FM tienes que ir con un emisor 2.500-3.000W y si lo tienes 24 horas funcionando el consumo eléctrico es muy elevado y especialmente teniendo en cuenta las últimas subidas de los últimos años”.
Hacienda es el organismo cobrador de la multa de Salvador Picarol que ya tiene su cuenta corriente embargada así como una parte de su vivienda, que comparte en titularidad con sus tres hermanas. Sus únicos ingresos provienen de la pensión contributiva, por ello Picarol declara que la única forma de pago es su ingreso en prisión, no obstante, las cuestiones administrativas no son penales. Un futuro incierto y una multa eterna, lo único seguro es que Radio Pica sigue siendo una radio libre, ahora desde internet, con una cobertura global y sin límites ni fronteras.