Película de estreno en pantalla grande que bien podría ser una buena película de cine de esas que llenan los fines de semana las pantallas de TV. Suite Francesa la dirige Saul Dibb (La Duquesa), el guion se basa en una novela inacabada de Irène Némirovsky, una escritora francesa de origen judío que murió en un campo de concentración alemán en 1942. La novela, que no he leído, parece que describe con gran realismo, sin sentimentalismos pero con un estilo conmovedor, la vida y penurias de diversos personajes, es una radiografía precisa del inicio de la ocupación de Francia por el ejército alemán en 1940.

Crítica de ‘Suite francesa’ de Saul Dibb

La película describe la vida, algunos de los habitantes de un pequeño pueblo francés tras la llegada de refugiados de París y la ocupación del pueblo por las tropas alemanas. Lucille (Michelle Williams) es una joven recién casada, su marido está en el frente y hace meses que no sabe nada de él, ella vive en la casa señorial de su suegra, la estirada y controladora Madame Angellier (Kristin Scott Thomas). Sus vidas se alteran cuando las tropas alemanas entran en el pueblo y un joven y apuesto oficial se aloja en su mansión. Al principio con rechazo las dos mujeres conviven con Bruno (Matthias Schoenaerts), luego los acontecimientos se precipitan en una atracción que conduce a la pareja a una relación por afinidad o por despecho, bajo la mirada censora de su suegra y el desprecio de sus vecinos. Esta historia se acompaña con otras, donde las clases dirigentes y de la nobleza del pueblo confraternizan con los invasores, mientras la clase trabajadora vive la doble explotación, la de los terratenientes y el ejército alemán. Algunos sufren con frustración y en otros casos con resignación, aunque siempre hay tiempo para heroísmos.

A grandes rasgos nos muestra la difícil convivencia entre los vencedores y los vencidos, veremos el colaboracionismo de algunos franceses, la mezquindad de la delación entre vecinos, dando pie a escenas que tampoco nos muestra la verdadera magnitud de la tragedia, seguir con la vida cotidiana rodeados de miseria, dolor y muerte. Retratos rápidos de unos personajes (familia judía incluida) que ocupan las escenas junto al protagonismo de la pareja de “enamorados” que conviven entre la música de un piano (una buena partitura de Alexandre Desplat) y el vago recuerdo del marido ausente, con el trasfondo de una guerra apenas iniciada y una ocupación que durará cuatro años.

La crueldad de la guerra se muestra de una forma rápida y aséptica, el bombardeo de una caravana de refugiados se soluciona con unos aviones, unas explosiones, caballos despanzurrados y algunos vehículos destrozados con figuras inertes en su interior. La tensión en algunas de las secuencias es muy floja, el ritmo de la película se resiente con esa voz en off de la protagonista que ralentiza la acción, pasa el tiempo sin que ocurra casi nada, todo se precipita en la parte final, cuando el metraje se termina y debe haber un desenlace propio de esta breve historia épica.

Suite francesa tiene una buena ambientación, decorados y vestuario, acompañados de esos peinados de época, los técnicos nos dejan un buen trabajo, junto con una fotografía espléndida de Eduard Grau. Podría ser una buena serie de televisión. Las actuaciones apropiadas, aunque a veces algunos secundarios casi se comen a los actores principales. El resultado es una película pasable, que tiene algunos buenos momentos, pero en conjunto las expectativas son menores que lo que nos muestra el tráiler de promoción de la película.

  • Estreno 8 de mayo de 2015
  • Director: Saul Dibb
  • Reparto: Michelle Williams, Kristin Scott Thomas, Matthias Schoenaerts, Margot Robbie…

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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