altCon una carrera de más de dieciocho años y con once discos de estudio a sus espaldas, los ingleses están más allá de modas y críticas. Tindersticks han alcanzado el estatus de clásicos, ese momento en el que una trayectoria modélica exime de editar nuevo material de gran calidad. Porque The Something Rain seguramente no sea su disco más lúcido pero Tindersticks pueden presentar sobre el escenario un par de docenas de temas incuestionables, extraídos de toda su discografía, y ese bagaje hay pocos grupos que puedan exhibirlo.

Con su primer disco del año 1993 ya se distanciaron de una escena indie inglesa dominada por el brit-pop y sentaron las bases de un sonido donde se encuentran el pop de regusto clásico y la big band de jazz con croneer atormentado de voz cavernosa al frente. Eran los ingredientes idóneos para convertirse en una referencia instantánea dentro de un panorama musical que demandaba algo más que ritmos saltarines de consumo rápido. Con los siguientes discos cimentaron esa impresión y asentaron su influencia: Tindersticks II que exploraba las pinceladas de experimentación del disco anterior, el esplendido Curtains que abría su propuesta a un público más amplio o el más que correcto The hungry saw, publicado en el 2008, después de un paréntesis de más de cinco años de silencio que parecían presagiar una despedida.

Así que, dejando de lado si Tindersticks están o no en su mejor momento, la cita del 20 de marzo en el Casino de l’Aliança del Poblenou es convocatoria ineludible para todos aquellos que quieran degustar el directo de una de las bandas británicas imprescindibles de las últimas décadas.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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