Pocos escritores han tenido una relación tan amplia con la industria del cine y la televisión como Truman Capote. Y casi siempre, sin proponérselo. Su primer contacto profesional fue en 1953, como guionista de Stazione Termini. Por entonces Truman era un joven escritor de 29 años que pasaba largas temporadas en Europa. Había publicado con notable éxito un puñado de cuentos y dos novelas. Y hacía poco que había realizado un musical para Broadway con más éxito de crítica que de público. Se encontraba en Roma con su pareja, el escritor Jack Dunphy, cuando fue requerido por el mítico productor David O. Selznick que trabajaba en una película que unía el nombre de su esposa, la actriz Jennifer Jones, con el director neorrealismo italiano Vittorio De Sica. Habían despedido al guionista e intentado contratar a Carson McCullers, que también se encontraba en la ciudad con su marido, pero en un momento álgido de su relación alcohólica y autodestructiva. Truman fue la solución desesperada, es posible que en su aceptación hubiera algo de malicia contra los McCullers, de los que había sido amigo en otra época. Su trabajo fue del agrado del productor, aunque la película se convirtió en uno de sus más sonados fracasos. Truman mantuvo una amistad de por vida con el matrimonio David O. Selznick y Jennifer Jones.

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Ese mismo año, Jennifer tenía que actuar en una película dirigida por John Huston, producida y protagonizada por Humphrey Bogart. El equipo se encontraba en un pueblecito napolitano sin guionista y sin ideas, Selznick les sugirió que probasen con Truman Capote y así nació La burla del diablo (Beat the Devil), un extraño disparate destinado a ser un fracaso comercial y un film de culto en las filmotecas de todo el mundo. El ambiente del rodaje fue tremendamente divertido, con algunas anécdotas que han pasado a la historia, como el pulso que ganó Truman Capote a Bogart para sorpresa de todos, o los maliciosos comentarios de Bogart sobre los ruidos nocturnos que procedían de la habitación que ocupaban Truman y Huston (“Al viejo le ha dado por los jovencitos”), ya que la pensión del pueblo no permitía más lujos.

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En 1961 escribió un guión basado en Otra vuelta de tuerca, de Henry James para la 20th Century Fox. Se tituló The Innocents (Suspense, en castellano), la dirigió Jack Clayton y, pese a ser de bajo presupuesto, obtuvo buenas criticas y numerosas nominaciones a premios importantes.

Ese mismo año se rodó la adaptación al cine de su novela homónima Breakfast at Tiffany’s (Desayuno con diamantes) dirigida por Blake Edwards, con música de Henry Mancini y con Audrey Hepburn de protagonista. Resultó un éxito inmediato, considerándose una comedia perfecta. La imagen de Hepburn cantando Moon River se convirtió en un icono, además de conseguir el Oscar a la mejor canción, y otro a la mejor banda sonora de una película no musical. Pese a la admiración de Truman por Audrey Hepburn, siempre sostuvo que el papel de Holly Golightly era más adecuado para su amiga Marilyn Monroe. (Truman siempre fue acusado de haber robado este personaje a Christopher Isherwood en su obra Adiós a Berlín –1939–, la joven casquivana Sally Bowles que popularizó Liza Minelli en la película Cabaret. Pero Isherwood, con el que siempre le unió una buena amistad, nunca se lo tuvo en cuenta.)

En 1962 se estrena Matar un ruiseñor (To Kill a Mockingbird), dirigida por Robert Mulligan, basada en la novela homónima de Harper Lee, su mejor amiga desde su infancia rural en Alabama. Pese a tratarse de una ópera prima, Lee obtuvo el premio Pulitzer. De alguna manera, los celos profesionales y algún desencuentro terminó con la amistad de ambos. Pero el repelente niño rubio, amigo de los hermanos protagonistas, que siempre está fantaseando sobre su rico padre ausente, no es otro que el pequeño Truman. (Cincuenta y cinco años después, poco antes de morir Harper Lee, publicó la secuela Ve y pon un centinela (Go, Set a Watchman, 2015) que había escrito antes que Matar un ruiseñor, pero que un editor desaconsejó publicar por considerarla de escaso interés, y porque desmitificaba al honesto protagonista Atticus Finch, convirtiéndolo en un hombre del klan.) Truman Capote también había “homenajeado” a Harper Lee en su primera novela Otras voces, otros ámbitos, de 1948, inspirándose en ella para el personaje de Idabel Thompkins.

En los años sesenta las cadenas de televisión se habían vuelto muy poderosas debido al gran público que congregaban y a los millonarios ingresos que la publicidad les originaba. Sus producciones documentales alcanzan un elevado interés y las dramáticas llegan a competir con Hollywood. En este contexto, Truman también se convierte en una estrella de la pequeña pantalla. En 1966 se rodó el documental With Love from Truman, realizado por los hermanos Maysles y Charlotte Zwerin, básicamente una entrevista en su casa de Long Island donde el escritor explica el proceso de escritura de A sangre fría (In Cold Blood).

Ese mismo año se produce para televisión A Christmas Memory, dirigido por Frank Perry y protagonizado por Geraldine Page, que ganó un Emmy por su interpretación. La narración en off es del propio Truman. Se trata del cuento Un recuerdo navideño, basado en su relación infantil con su prima Sook, sesenta años mayor que él, pero que nunca dejó de ser una niña… “Un cuento tan bueno como cualquier otro escrito en lengua inglesa” diría el propio Truman. Y debe de serlo, puesto que es de lectura obligada en las escuelas americanas. En 1997 se realizó un remake dirigido por Glenn Jordan y protagonizado por Patty DukePiper Laurie.

Frank Perry dirigió otras exitosas películas para televisión basadas en narraciones de Truman: una secuela de A Christmas Memory titulado The Thanksgiving Visitor (El invitado del Día de Acción de Gracias, 1967) donde Geraldine Page obtuvo otro Emmy. Among the Paths to Eden (1967) con Martin Balsam y Maureen Stapleton, premiada con un Emmy; y Miriam (1969) basado en el cuento homónimo que Truman publicó en 1945 en la revista Mademoiselle, y que le dio el primer reconocimiento como escritor, obteniendo el premio O. Henry. Todas ellas se recopilaron como Truman Capote’s Trilogy.

En 1967 se estrena la película basada en su “best seller” A sangre fría (In Cold Blood) con dirección y guión de Richard Brooks, y Robert Blake y Scott Wilson en el papel de los asesinos. Es muy bien recibida por la crítica que encuentra una interminable lista de valores cinematográficos. En paralelo a la novela, pasa a convertirse en un clásico del género. En 1996, Jonathan Kaplan dirige una miniserie para televisión con una buena acogida de público y crítica.

La Paramount le encarga el guión de El gran Gatsby en 1971 pero, después de escrito, lo desestiman. Cuando se filmó la versión hoy considerada clásica, dirigida por Jack Clayton y protagonizada por Robert RedfordMia Farrow en 1974, el guión estaba firmado por un casi desconocido Francis Ford Coppola.

En 1972 Alan Alda protagoniza para la televisión The Glass House, la adaptación de un relato (La casa de cristal) de ambiente carcelero que, como él bromeaba, era su especialidad desde su éxito con A sangre fría. Lo dirigió Tom Gries y obtuvo numerosos premios, incluso fuera del ámbito televisivo: ganó la Concha de Oro del festival de San Sebastian de aquel año.

Casi lo único que le quedaba por hacer en el cine era protagonizar una película… pues eso fue lo que le propuso la Columbia en 1976 con Un cadáver a los postres (Murder by Death) donde interpreta a un excéntrico multimillonario que invita a cenar a su castillo a los cinco detectives más importantes de la historia, que son recibidos por un mayordomo ciego… Comparte reparto con, entre otros, Alec GuinnessDavid NivenPeter SellersPeter FalkEileen Brennan y Maggie Smith. La película a pasado a la historia del cine como una comedia ingeniosa y brillante convertida en una reflexión sobre el género negro. ¡Y Truman Capote fue nominado a los Globos de Oro como mejor actor revelación!

En 1977 protagoniza un cameo en la película Annie Hall de Woody Allen. Se limita a cruzar por Central Park mientras los protagonistas bromean sobre su parecido con el escritor…

Muere en 1984, a punto de cumplir 60 años con la salud mermada por sus excesos con las drogas y el alcohol. El último año de su vida fue hospitalizado más de dieciséis veces… Durante su decadencia se convierte en el personaje más codiciado por los programas de entrevistas en directo de la televisión. Nunca defrauda, despotrica de todos los famosos y multimillonarios a los que ha conocido en la “intimidad” de sus mansiones, aparece en los platós visiblemente borracho y/o drogado… En cierta entrevista se queda dormido mientras habla lentamente, con su característica voz infantil y acento sureño.

truman capoteConvirtió en excelente literatura algunos de los recuerdos de su estrecha relación con mucha gente del cine, lectura imprescindible para quien quiera conocerlos más allá del mito. A otros los entrevistó expresamente, para demostrar que la entrevista también podía ser un género literario, como la que realizó a Marlon Brando en 1957, para The New Yorker mientras rodaba la película Sayonara en Japón, el resultado desagradó tanto al divo que amenazó con demandarle. Se titula El duque en sus dominios (The Duke in his Domain) y se estudia en las universidades de periodismo anglosajonas. Truman comentó posteriormente que, durante el largo encuentro ocurrido en la habitación de Brando, habían mantenido relaciones sexuales.

Sobre su amiga Marilyn Monroe escribió varias piezas, pero el recuerdo que publicó años después de su muerte en Música para camaleones (1980) titulado Una adorable criatura, es un sentido y delicado homenaje a una mujer tan deseada como despreciada por un sistema patriarcal que, finalmente, la hizo desaparecer.

También dejó perfiles y semblantes de Elizabeth Taylor (a la que describe como inteligente y culta), Montgomery Clift (una persona muy desgraciada), Richard Burton (ambicioso y alcohólico), John Houston (socarrón), Charles Chaplin (casado con su amiga de juventud Oona O’Neill y vecinos en Suiza), Mae West, Humphrey Bogart… Todos ellos se encuentran reunidos en el volumen Retratos editado por Anagrama.

Actualmente podemos encontrar en la red infinidad de grabaciones originales con sus opiniones y anécdotas sobre el mundo del cine y sus protagonistas, pero existen dos libros traducidos al castellano muy recomendables para ampliar nuestra información sobre el tema, uno es la excelente biografía de Gerald Clarke Truman Capote. La biografía, y Conversaciones íntimas con Truman Capote de Lawrence Grobel, ambos editados en Anagrama, donde también podemos encontrar toda la obra de Truman Capote traducida al castellano.

Pero la relación con el cine y la televisión de Truman no acaba con su desaparición física, muy al contrario. Al igual que sus libros han pasado de best sellers a long sellers –esto es, mantienen unas ventas regulares a lo largo de los años– el interés por su obra y su persona no sólo se mantiene, si no que actúa como una moda que regresa cada cierto tiempo.

En 1994 la televisión recreó el cuento One Chritsma (Una Navidad) dirigido por Toni Bill y protagonizado por Katharine Hepburn, en uno de sus últimos trabajos.

El hijo de Walter Matthau y Carol Grace –excelentes amigos de Truman y protagonistas de algunos pasajes de su última obra Plegarias antendidas– Charlie Matthau, dirigió en 1995 The Grass Harp (El arpa de hierba) basada en la segunda novela que publicó Truman. En ella trabajó su padre, gran amigo de Chaplin, al que le debe el nombre.

Ese mismo año, David Rocksavage adaptó su primera novela Other Voices, Other Rooms, 1951 (Otras voces, otros ámbitos) que le catapultó al éxito literario de una manera tan fulminante… Pero la película pasó con más pena que gloria.

En 2004 se emitió en televisión el documental Truman Capote: The Tiny Terror, dirigido por William Todd Schultz y dedicado a investigar por qué Truman al final de su vida, cuando las fuerzas físicas le flaqueaban, se empeñó en escribir un libro que lo destruiría. No sólo anunció en todas las entrevistas que concedía que estaba escribiendo historias reales sobre las vidas privadas de los artistas, políticos y multimillonarios que habían sido sus amigos durante décadas, si no que cuando empezaron a publicarse capítulos desordenados en la revista Esquire (1975-1976), éstos comprobaron que no ahorraba los detalles más escabrosos ni se molestaba en cambiarles el nombre: una dama de la alta sociedad neoyorquina se suicidó cuando supo que “su historia” estaba en máquinas. Answered Prayers (Plegarias atendidas, 1986) se editó póstumamente, publicándose sólo una tercera parte de lo que él había asegurado que tenía escrito. No sabemos que pasó con el resto. Existen varias teorías: que no lo llegó a escribir nunca, que lo destruyó… incluso que lo asesinaron para enmudecerlo (su muerte fue similar a la de Marilyn). Y hay misterio para años, en 2012, Sam Kashner, un colaborador de Vanity Fair descubrió un manuscrito inédito –Yates y cosas– en la Biblioteca Pública de Nueva York con todo el aspecto de formar parte de la obra.

Una demostración clara del interés que suscita la obra de Truman es la aparición casi simultanea de dos películas extraordinarias (2005-2006) centradas ambas en el proceso de gestación de su mítica novela A sangre fría, una historia real donde dos asesinos matan a toda una familia en un pueblecito de Kansas. La primera se tituló Capote y estaba dirigida por Bennett Miller y se basaba en la biografía que escribió Gerald Clarke, que Truman consideraba algo así como su “biografía oficial”, por lo detallado del trabajo. El actor Philip Seymour Hoffman encarnó al escritor y acaparó prácticamente todos los premios que concede la industria a la interpretación. Aún así, sus detractores le acusaron que se limitó a “imitar” a la perfección la voz de Truman y no a recrearlo como personaje.

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BREAKFAST AT TIFFANY’S, Audrey Hepburn, 1961

La segunda está basaba en una biografía que publicó George Plimpton, que entrevistó a una infinidad de personas que lo conocieron, con un excelente resultado, pero su promoción se basó en una declaración morbosa y cuestionable de un carcelero que aseguró que Truman mantuvo relaciones sexuales con Perry Smith –uno de los asesinos– cuando éste se encontraba en el corredor de la muerte. La película se tituló Infamous y es un trabajo excelente (los créditos de la introducción son una obra maestra) la dirigió Douglas McGrath y la protagonizó un desconocido Toby Jones, que hace un magnífico trabajo. Pese a las buenas críticas, apenas consiguió premios, pues poco antes los había recolectado todos la cinta anterior. Se dieron tantos paralelismos entre las dos obras, tanto en la temática como en las fechas de producción, que tuvieron que pactar las promociones para evitar una inevitable competencia.

Estas películas popularizaron un dato casi desconocido hasta entonces, que gran parte de la redacción del libro, que duró seis interminables años, vivió en un chalet de Palamós (el Baix Empordà). Años después la recordaría como la casa más bonita que tuvo en Europa y el lugar donde recibió la triste noticia de la muerte de su amiga Marilyn Monroe.

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UNITED STATES – AUGUST 29: Liza Minelli & Truman Capote at Studio 54 in New York City 1979 (Photo by Vinnie Zuffante/Getty Images)

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