altLa defensa de la unión de España y la necesidad de una regeneración democrática son las principales ideas sobre las que gira el discurso del presidente de Ciutadans y diputado en el Parlament de Catalunya,

 

 

La defensa de la unión de España y la necesidad de una regeneración democrática son las principales ideas sobre las que gira el discurso del presidente de Ciutadans y diputado en el Parlament de Catalunya, Albert Rivera. Con el proceso soberanista como telón de fondo de la política catalana, y la crisis económica de la española, Rivera mantiene cierta ambigüedad ideológica con la que busca superar el esquema tradicional de partidos y ocupar parte del espacio que cubren PP y PSOE.

 

altHace dos meses calificó la realización de la consulta prevista para el próximo 9 de noviembre como “una gran mentira”, ¿sigue manteniendo esa opinión?

 

Sigue siendo así, la Generalitat no tiene competencias para convocar una consulta de estas características, como se ha demostrado en el Congreso de los Diputados al no ceder esta competencia. Sólo el Congreso o el Gobierno pueden autorizar una consulta de este tipo. En este sentido, me reafirmo en mi postura, me refería a decirle a la gente que la consulta si se podía hacer, que es legal y que no habrá ningún problema. Es evidente que esto es mentira y que Artur Mas no la puede convocar porque no tiene elementos constitucionales para hacerlo.

 

¿No habrá consulta entonces?

 

Una consulta constitucional y democrática, es decir, respetando las leyes, no se hará. Hablarán de hacerla alegal, o como los referendums locales organizados hace unos años en los que sólo participó el 10%. Una consulta legal defendiendo la separación de Cataluña del resto de España no se producirá. Ahora que a Artur Mas se le ocurra inventarse un sistema por el cual los ayuntamientos gobernados por CiU y ERC realicen una consulta con una papeleta, utilizando urnas prestadas por Omnium Cultural o la Assemblea Nacional Catalana, podría pasar, pero eso sería un simulacro de consulta y de democracia

 

¿Defender la Constitución en Cataluña se ha convertido en una rareza?

 

, la verdad es que . Que se convierta en noticia que Ciutadans lea un artículo de la Constitución en el Parlament da una idea de adonde hemos llegado. Es algo que no sería noticia ni en Estados Unidos ni en Alemania. Defender el marco democrático y constitucional en Cataluña se ha convertido en algo casi revolucionario, cuando debería ser lo más normal.

 

¿Hay un conflicto entre la legalidad constitucional y la legitimidad democrática?

 

Es una dicotomía falsa e incoherente. No puede ser antagónico a la democracia un texto constitucional y democrático. La Constitución se puede cambiar y hay mecanismos para hacerlo, pero se necesitan mayorías. En el Congreso de los Diputados, un 86% de los representantes del pueblo español dijeron que querían mantenernos juntos y que esta Constitución siga vigente. Y además, 25 de los 47 diputados catalanes votaron también en contra de la propuesta de Artur Mas. No hay ninguna contradicción, simplemente que un texto, sea canadiense, alemán o francés, necesita unas mayorías para cambiarlo y, hoy por hoy, esas mayorías parlamentarias y políticas no existen. En España, la mayoría de la ciudadanía, con puntos de vista diferentes, ideologías diferentes, creencias y orígenes diferentes, comparte un texto que nos une, igual que ocurre en Estados Unidos con su Constitución.

 

¿Es entonces un choque de legitimidades entre el Congreso de los Diputados y el Parlament de Cataluña?

 

No, es un intento de confundir al personal, podíamos decir. El Parlament tiene unas competencias, por cierto, es la cámara de una de las regiones europeas con mayor autonomía. Cataluña es una de las cinco regiones europeas con mayor grado de autogobierno. No hay ningún choque ni conflicto, el Parlament tiene legitimidad para gestionar, legislar y controlar al gobierno de Cataluña y el Congreso de los Diputados tiene otras competencias que afectan cuestiones de frontera, soberanía, economía, etc. Un país descentralizado no tiene contradicciones de legitimidad, es que se descentralizan los poderes y por lo tanto, cada cámara tiene sus competencias, lo que ocurre es que algunos están intentando convertir un parlamento autonómico en un parlamento falsamente soberano, de un estado que no existe y que es, en realidad, una parte de España.

 

¿Ciutadans vería bien cambios constitucionales  para reconducir el proceso soberanista o prefiere el modelo actual?

 

Todos los constitucionalistas europeos consideran que la Constitución española es un texto de corte federal. Cuando alguien habla de federalismo sólo le ponemos nombre y apellidos a lo que España de alguna manera ya es. Es un país con competencias descentralizadas, con estatutos de autonomía, quizás lo único necesario sería delimitar claramente esas competencias, también la financiación. En estos casos, estamos completamente de acuerdo en debatirlo y aclararlo, defendemos esta posición, tras 35 años de democracia hay que dejar claro que corresponde al nivel local, al autonómico y al estatal. Pero esto no se debe confundir con una especie de confederalismo con privilegios territoriales, con cupos a la vasca o a la navarra, que deben derogarse porque son incompatibles con un estado federal. Creo que hay una gran confusión y un intento de crear confusión y no hacer pedagogía de lo que realmente son los países federales  y lo  que significa la descentralización de un país. Un país federal no es un país descompuesto, es un país descentralizado. Nadie duda que los Estados Unidos son un país federal, pero tampoco nadie duda que son un país unido. En este sentido, desde Ciutadans lo que defendemos es una lectura, sobre todo, una revisión técnica para aclarar las cosas. No estamos a favor, por ejemplo, que en Cataluña sólo haya una lengua oficial y no dos. ¿Cuándo se habla de blindaje de competencias, de qué hablan, de que no se cumpla la Constitución en Cataluña? Blindaje ya tenemos con el Estatut.

 

¿Por qué cree que la Generalitat recurre o no cumple las sentencias sobre, por ejemplo, el 25% de horas lectivas en castellano?

 

Han convertido la lengua en un campo de batalla histórico e identitario, y ahora, estoy convencido, que aunque el debate este en torno al independentismo, la gran mayoría de padres y madres quieren que sus hijos estudien y usen las dos lenguas en la escuela. Nosotros también defendemos que el inglés se incorpore como tercera lengua de uso. Pensamos que una escuela trilingüe con unos porcentaje del 40% en catalán y en castellano, y de un 20% en inglés es la solución para este debate. Ni clases separadas, como hace en el País Vasco el PNV, socio habitual de CiU. Es paradójico que cuando aquí se propone el trilingüismo, aquí te digan de todo, y cuando el socio en las listas europeas de CiU, propone líneas separadas, son los más demócratas. Nosotros no estamos a favor de separar ni de un modelo monolingüe obsoleto que sucesivas sentencias judiciales han dicho que no vale y que deben fijarse tantos por ciento. Esta vez la sentencia, no si de forma muy ortodoxa, ha dejado la pelota en el tejado de la consellera de Ensenyament, que es la que deberá fijar los porcentajes, pero que no se quiere mojar y quiere mantener el 90% de horas lectivas en catalán. Nosotros estamos dispuestos a sentarnos con la consellera y el resto de grupos políticos y cerrar el asunto de una vez por todas. El problema es que no hay manera, es una cuestión identitaria, la han convertido en un caballo de batalla y, piensan, que si renuncian a esto es una derrota política, cuando tan sólo es cerrar un tema que sociológicamente es mucho más pacífico, en la calle nadie lo ve como un problema. Además, creo que la mayoría de los padres son favorables a que sus hijos acudan a escuelas trilingües como los hijos del president Montilla, Mas y de buena parte de los diputados, y lo agradecerían. Lo que pasa es que estas escuelas cuestan 1.000 o 1.200 euros al mes y todo el mundo no se lo puede permitir. Ciutadans no hace otra cosa que defender el mismo modelo de las escuelas con los mejores resultados lingüísticos de Cataluña.

 

¿Hay una tensión social en Cataluña derivada del proceso soberanista?

 

Se ha tensado la cuerda, pero que hay dos tensiones, que son complementarias y están muy relacionadas con el crecimiento de la burbuja independentista. Una es la económica, es innegable, cuando la gente no tiene dinero ni trabajo, se cierran negocios, se desahucia y se pierden los hogares, se crea una especie de corralito con la pérdida de los ahorros en las preferentes…Si a esto, se le suma alguno que echa gasolina y dice: “en Cataluña tenemos que cerrar quirófanos, tenemos paro y pobreza, no porque se haya gestionado mal o estemos en medio de una crisis económica mundial, sino porque somos españoles y España nos roba”. Este discurso xenófobo e inmoral ha construido un relato que exculpa a la Generalitat, al tripartito y a CiU y al PP en Madrid. La culpa no es de los políticos sino de tener la mala suerte de ser españoles. El problema no es local, estamos en una crisis a nivel mundial, es cierto que en España ha fallado los mecanismos de control económico y financiero, pero esto no nos puede llevar a que la solución sea levantar fronteras.

 

Planteado así, ¿el independentismo es un proyecto político o una huida hacia adelante?

 

Creo que es sólo una huida hacia adelante, pero también es verdad que, en parte, hay un proyecto político. Siempre ha existido una minoría independentista en la sociedad catalana, es algo que no es nuevo, pero a este grupo se le ha sumado CiU, y algunos otros, para no tener que hablar tanto de la gestión económica y política, como de la caja vacía de la Generalitat tras el paso del tripartito, también, es evidente, de la corrupción. Esto es lo que marca la dinámica y lo que ha provocado que Artur Mas tome una decisión equivocada que es “embolica que fa fort” -líala que te hará fuerte-, divida a la sociedad catalana, convoque unas elecciones anticipadas y pierda 12 escaños.

 

¿Qué ha pasado con la ley anticorrupción catalana?

 

Esta es otra cuestión. Ciutadans propuso que era una cuestión de derecho, y no sólo de transparencia y de acceso a la información. Hace falta un pacto contra la corrupción, pero, tras algunas reuniones con el resto de grupos parlamentarios no se ha firmado nada ni se ha avanzado tampoco nada. Está todo parado. Lo único que ha hecho Mas es hacerse una foto con los jueces. La ley de transparencia está parada y, además, nace ya obsoleta. Todo esto sirve para tapar el caso ITV, el caso Palau, cuentas en Suiza… No es una cortina de humo, porque la gente es consciente de lo que sucede, ahí está la corrupción como segunda preocupación de los catalanes en las encuestas, exactamente igual que en el resto de España. Pero de medidas, ninguna. No se han publicado las cuentas de partidos ni de cargos públicos, la transparencia no existe.

 

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¿Y la impunidad?

 

La impunidad y la sensación de privilegio respecto a la ciudadanía. Cualquier empresa debe presentar sus cuentas y estar al día, mientras a algunos partidos se le condonan deudas.

 

¿Existe espacio para las alternativas políticas?

 

, pero necesitamos mayorías. Al final, hay partidos tradicionales como CiU, el PP y el PSC que llevan muchos años, muchas mochilas, que han hecho muchas barbaridades, y que cuando se propone un pacto contra la corrupción lo ven como un torpedo en su línea de flotación.

 

¿No hay voluntad de regeneración democrática en los partidos que gobiernan?

 

No. No tienen voluntad ni capacidad de regeneración democrática. Si hubiese voluntad, no tendrían capacidad, porque están tan enmarañados, con tantos esqueletos en los armarios, con muchas cosas que aún no sabemos y otras están en camino de conocerse, que son conscientes que tocar determinadas cosas es acabar con un régimen. Durante la Transición se pasó más a un sistema de partidos que a uno democrático, lo que reforzó las cúpulas de esos partidos tradicionales, que actúan más como lobbys de intereses. Ahora toca también descentralizar ese poder y traspasarlo a nuevos instrumentos, por ejemplo, primarias, listas abiertas, mecanismos de control diario de la actividad pública de los cargos electos, transparencia de partidos y cargos públicos, etc. Queda mucho camino por recorrer en España y los que lo deben hacer no quieren. Es evidente que los partidos minoritarios, que estamos creciendo, nos deberemos comportar atendiendo a estas reglas si nos convertimos en mayoría o en decisivos.

 

¿Más transparencia en la información pública acabaría con la cuestión de las balanzas fiscales?

 

Las balanzas fiscales, que comienza a ser un tema bien conocido por la mayoría, no son una cuestión determinante para ningún país del mundo. En todos los países hay territorios con más población, más industria o más poder económico y siempre habrá unos que reciben más que otros. Pero como hay mucho mito y mentira interesada en este asunto, siempre defenderé que se publiquen y se conozcan. No creo que el problema de Cataluña sea el cálculo de las balanzas fiscales y el método utilizado, pero como lo machacan insistentemente, pues que sean públicas, pero no sólo estas, sino las comerciales también. Así se conocerían datos, como por ejemplo, que 6 de cada diez productos catalanes se venden en el resto de España. También las balanzas sociales, que se sepa que en el último año se dio un superávit de 3.000 millones de euros en la Seguridad Social en Cataluña. El debate, creo, no está en esto sino en qué suficiencia financiera tienes para tus competencias. No se pueden reclamar sin una financiación al lado. Es un mensaje racional, queremos un estado descentralizado, queremos autonomías, y por eso necesitamos unas fórmulas de financiación adecuadas.

 

¿Estas cuestiones se explican bien?

 

Estamos en un punto en el que se juega con los sentimientos y la crisis económica. Si yo, como representante público, soy irresponsable y le explico a los ciudadanos que tenemos una deuda de 50.000 millones de euros, pero que no es culpa mía, que me he pasado de presupuesto, sino que la culpa es de aquellos que viven alláes una irresponsabilidad. Si explicamos bien las cosas, resulta que la culpa está repartida entre diversas instituciones: Generalitat, Gobierno, Unión Europea, Banco Central Europeo, etc. No se puede salir de este atolladero sin decir que uno no tiene nada que ver en esto. CiU lleva 27 años en el gobierno catalán ¿algo tendrá que ver, no?

 

¿Cómo se puede ver desde fuera unos gobiernos inmersos en procesos e investigaciones judiciales relacionados con presuntos casos de corrupción?

 

Bueno, recientes informes del Consejo de Europa y de la justicia europea nos dan un tirón de orejas por la corrupción y la falta de transparencia. Al final, una forma de medir la calidad democrática, jurídica y económica de los países es esto. En estos informes se habla de la falta de separación de poderes, el control político sobre el CGPJ y la fiscalía del Estado, e indica también la opacidad en la gestión de las obras públicas. Pienso que nos ven como lo que somos, un país con talento, preparado, que, y esto es una lástima, se ve obligado a exportar recursos humanos y con grandes problemas. En este sentido, la sociedad va por delante del mundo político tradicional.

 

¿Las elecciones europeas pueden ser el inicio de un cambio en las políticas de la UE y sus estados miembros?

 

Podría ser y, de hecho, es el momento aunque ya sabemos que las europeas movilizan poco. De todas formas, creo que están serán la constatación que el bipartidismo baja. PSOE y PP han llegado a tener el 90% de los escaños en el Congreso de los Diputados, ahora las proyecciones para unas generales los sitúan entre un 55 y un 60%. No es lo que nos gustaría para tener un parlamento más abierto y dinámico, pero que un 40% piense en votar otras opciones es una muy buena noticia. También es cierto que para los partidos nuevos -a nosotros las encuestas nos dan escaños en Estrasburgoestas elecciones se presentan como una oportunidad para presentar programas reformistas y ayudar a visualizar alternativas a los dos grandes partidos.

 

¿Qué tipo de reformas?

 

Creo que Ciutadans puede aportar una visión nueva y diferente, de reformas profundas del país después de 35 años. Tenemos la libertad de proponer cosas que los partidos tradicionales no se atreven porque tienen las manos atadas. Nosotros ahora mismo no debemos nada por ningún crédito, Ciutadans es un partido con superávit. No es lo mismo eso que un partido al que una caja de ahorros les ha condonado un préstamo de 10 millones de euros, ¿cómo se puede regular luego el sector financiero? Los partidos nuevos tenemos la responsabilidad de comportarnos de forma diferente y de presentar propuestas diferentes. Entiendo que haya gente que opine que, a la larga, podamos acabar como los partidos tradicionales, pero la única manera de cambiar las cosas es mojarse.

 

¿La renuncia de Jordi Cañas a su escaño en el Parlament atiende a esta responsabilidades?

 

Jordi Cañas ha tomado una salida insólita en la política española que es avanzarse a las especulaciones, reconocer que está imputado por un tema de hace 9 años relacionado con la empresa para la que trabajaba, porque algunos trabajan antes de entrar en política, y renunciar a su escaño para defenderse, poder volver y evitar que se implique a su partido en una cuestión privada y muy anterior a su cargo público. Hay que recordar que hace 9 años Ciutadans ni existía. Esta posición es suya, personal, pero también Ciutadans ha hecho una cosa insólita en política y es establecer en sus estatutos que los imputados no puedan presentarse en sus listas. En Ciutadans no hay debate sobre esto, si estás imputado no puedes concurrir a las elecciones. No negaré que es una mala noticia para el partido, pero creo que la gestión que ha hecho Cañas dista mucho que la que ha hecho, por poner un ejemplo, Oriol Pujol. Cañas lo ha hecho con ética y responsabilidad, atendiendo al compromiso con sus votantes.

 

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